Como estudiantes, tendemos a asociar el éxito en un examen con el éxito a los ojos de los demás. Por el contrario, en nuestra mente, suspender sería percibido como un fracaso social con el temor de decepcionar a la familia y a los amigos, pero también de ser juzgados como incompetentes. Aunque estos temores no reflejen la realidad, generan estrés en la fase previa a los exámenes y competiciones.

Pero no te preocupes, el estrés es una reacción normal de nuestro organismo en respuesta a un peligro percibido que nos permite adaptarnos a nuestro entorno y al propio evento. La percepción de peligro es muy subjetiva y dependerá de lo que el examen signifique para ti.

Entonces, ¿el estrés es positivo?

El estrés no es necesariamente negativo. De hecho, hasta cierto nivel, puede incluso aumentar tu rendimiento. Todo depende del grado de estrés que experimentes. Sin embargo, a partir de cierto nivel, existe el riesgo de que experimentes efectos muy negativos que repercutirán en tus estudios: problemas de atención, baja productividad, dificultad para memorizar y fallos de memoria.

¿Qué puedes hacer si te ocurre esto? Descubre nuestros consejos para gestionar el estrés antes y durante los exámenes 👇.

Antes de los exámenes:

– Adopta un estilo de vida saludable

Durante la preparación de los exámenes, tu cuerpo y tu mente pueden ser puestos a prueba. Cuidar tu estilo de vida es esencial para reducir los sentimientos negativos relacionados con el estrés. Cuida tu sueño. No caigas en la trampa de dormir toda la noche. En ese momento, sentirás que ahorras tiempo, pero al día siguiente no serás eficaz por el déficit de sueño. Planifica tu horario para noches de hasta 7 horas y escúchate si sientes la necesidad de hacer siestas reparadoras. Cuida también tu alimentación haciendo 3 comidas equilibradas al día. No te saltes las comidas. La comida es una fuente de energía y no puedes permitirte que te falte en este momento. Céntrate en los azúcares lentos para mantenerte con energía y en los alimentos ricos en hierro para ayudarte a recordar.

– Aprende a soltarte

Cuando estamos estresados, tendemos a pensar en lo que nos causa ansiedad. Lo mejor es intentar despejar la cabeza y centrarse en el momento presente y dejar de proyectar los miedos. La meditación parece ser la actividad ideal. Consejo: Para empezar, algunas aplicaciones móviles pueden ayudarte, como Headspace. Mírala.

– Aprovecha al máximo

No hay nada como tomarse un descanso al aire libre para recargar las pilas y despejar la cabeza. Haz lo que te haga sentir bien, si estás en movimiento. Al estar físicamente activo, tu cuerpo liberará una serie de hormonas que favorecerán la sensación de bienestar. Esto tendrá un efecto calmante sobre tu ansiedad.

– Aprender de forma eficaz con las herramientas adecuadas

No estar seguros de dominar los conceptos que nos van a evaluar es una importante fuente de estrés. Para compensar, a menudo tendemos a releer y repasar nuestras lecciones tan a menudo como sea posible. El resultado es que esto no es eficaz.

En su lugar, utiliza métodos de repaso activos, como el uso de fichas con la aplicación móvil SCRIBZEE. Podrás seguir tu progreso y sentirte más seguro a medida que se acercan los exámenes.

Durante el examen

– Concéntrate en ti mismo

A veces nos entra el pánico durante el examen cuando leemos los papeles porque estamos estresados y sentimos que no sabemos nada. La culpa es nuestra: nos dejamos llevar y ya no vemos con claridad. En esos momentos, lo más importante es anclarse en el presente. Utiliza la respiración para volver a centrarte en ti mismo.

– Desarrollar pensamientos positivos

Si tienes un momento de pánico, recuerda que todo el mundo tiene derecho a equivocarse. No te rindas y da lo mejor de ti. Lo habrás hecho lo mejor posible, sea cual sea el resultado. Cuando salgas del examen, evita compararte con los demás.

Entonces, ¿estás preparado para probar estas soluciones para domar tu estrés antes de los exámenes? Si alguna vez, a pesar de poner en práctica estas soluciones, el estrés ocupa demasiado espacio en tu vida, no dudes en pedir ayuda a los que te rodean hablando con tu familia y amigos o con la profesión médica. Todo el mundo puede necesitar ayuda, no lo dudes.

Te deseamos mucha suerte y no olvides que, como decía Georges Clémenceau, “sólo hay una forma de fracasar, es rendirse antes de conseguirlo”, así que cree en ti mismo.